La vida se compone de rutinas y hábitos, de organizar cómo va a ser el día, la semana, el mes,… Rutinas y hábitos que definen cómo somos, qué hacemos, cómo estamos y cómo vivimos. Rutinas y hábitos que aplicamos cada día y reflejan cómo empezamos y cómo acabamos el día. La repetición constante de éstos afecta a nuestra vitalidad.
Si nos vamos a dormir demasiado agotados, de mal humor, sin ganas de que llegue el día siguiente, apáticos, etc. quiere decir que algo no va bien. Cada persona es un mundo y no es fácil llevar un ritmo de día como nos gustaría pero sí de vez en cuando va bien parar y reflexionar sobre qué es lo que hacemos, por qué y si es beneficioso para nuestra salud física, mental y espiritual.


Si has reflexionado sobre ello, sientes que necesitas actualizar tu rutina de hábitos para mejorar tu calidad de vida, aquí te dejo unas ideas y recomendaciones:
A nivel físico
– Comienza tu día con un vaso con agua tibia y el zumo de medio limón para despertar tu metabolismo y facilitar la eliminación de toxinas acumuladas durante la noche.
– No ingieras nada sólido si no lo necesitas, escucha a tu cuerpo y come sólo cuando tengas hambre. Haz que tu primera comida o desayuno sea saludable, con alimentos integrales y sin azúcar procesada para así obtener buena energía y que dure hasta la siguiente comida.
– Menos procesado y más casero. Cocina lo que te gusta, haz tus propios mueslis, hamburguesas, croquetas, postres o snacks
– Realiza un detox. No tiene que ser una semana a base de batidos, simplemente sé consciente de lo que introduces en tu cuerpo, que el 90% de lo que comas durante la semana sea alto en frutas, verduras, legumbres, grasas saludables y cereales integrales.
– Reducir las cantidades (importante!) muchas veces comemos más del hambre que tenemos.
– Date un capricho pero con consciencia. No te abstengas de aquella comida, aquel postre o aquel pecado de muchas calorías. Somos seres emocionales y sabemos que darnos un capricho nos hace sentir bien. Eso sí, hacerlo con consicencia y no repetidamentre.
– Muévete –> ves al gimnasio, practica yoga, pasea a tu mascota, baila, coge las escaleras en vez del ascensor, camina en vez de coger el transporte. El sedentarismo hace que el cuerpo se apague, se vuelva vago y esto repercute a nivel emocional sintiéndonos desmotivados, apáticos, deprimidos. Moverse crea y libera endorfinas, la querida hormona de la felicidad.

A nivel espiritual
– Tómate tu tiempo personal diario, ya sean 10 minutos o 1 hora, un ratito cada día para ti, para hacer lo que más te gusta o lo que sientes que necesitas
– Medita 10 minutos al menos antes de empezar el día o ir a trabajar. Simplemente colócate en una postura cómoda en silencio, sin ningún tipo de distracción. Esto ayuda a calmar la mente, conectar con nuestra respiración, cuerpo y sentimientos. Tomarte unos instantes para conectar contigo mismo/a antes de empezar el día ayuda a mantener el control sobre tus sentimientos, respiración y otros estados por los que podemos pasar a lo largo del día. Este hábito nos da herramientas para poder controlar ciertas situaciones a lo largo del día. Si lo prefieres puedes hacer la meditación al final del día, cuando regreses del trabajo o antes de ir a dormir. Da igual cuándo lo hagas lo importante es que aprendas a saber desconectar, a escucharte y a saber cuando necesitas esos 5 min para respirar y volver a recargar energías
– Agradece –> Practicar la gratitud aporta muchos beneficios a nuestra vida. Da gracias por aquello que tienes, valora lo que te hace feliz en tu vida. Da gracias por lo que has aprendido durante el día y si has tenido un mal día o hay cosas con las que no estás del todo satisfecho/a no lo veas como algo negativo sino como algo de lo que aprender. En todo aquello que nos parece injusto y negativo está su parte positiva y de aprendizaje.

A nivel mental
– Enriquece tu conocimiento, lee y aprende sobre aquello que te gusta o que te atrae la curiosidad
– Sé optimista. No siempre eres culpable de lo que te sucede, hay cosas que pasan porque tienes que aprender algo y sacar de ello lo mejor de ti mismo/a. La vida es avanzar y las experiencias son los retos.
– Pasa más tiempo en la naturaleza, ésta te devuelve y te recarga la energía que necesitas. Si puedes caminar descalzo y tomar el sol mucho mejor.
– Rodéate de los tuyos y pasa más tiempo con aquellos que te importan. Cambia las conversaciones virtuales por conversaciones reales. Recupera la calidez de un beso, un abrazo o simplemente una conversación tomando un té y un trozo de tarta en una cafetería. Pon más experiencias y menos letras a tu vida.
– Retoma hobbies o alguna actividad que tanto te gusta y abandonaste hace un tiempo. Esto te puede traer sentimientos encontrados, ayudarte a reflexionar y a sacar a tu niño/a interior o tu otro yo creativo. Dibuja, canta, toca un instrumento, cocina, haz manualidades, etc.



Y éstos son algunos de mis consejos pero seguro que se te han ocurrido algunos más, toma nota de ellos y añádelos a tu lista. Cuídate más y vivirás más.
Con amor,
Sara
Pingback: Siempre es un buen momento para comenzar… – Flor de Loto
Pingback: LA IMPORTANCIA DE DEDICARTE UN MOMENTO PARA TI Yoga Flor de Loto Un espacio dedicado al Yoga y a un estilo de vida saludable